miércoles, 24 de junio de 2015

Los dos Paolos

Existen dos Paolo Guerrero en el mundo, y sí, son peruanos. “Hay dos Paolo Guerrero. Uno es el delantero que no falla, el que juega en Brasil, el que tiene una formación alemana más que peruana y que podría ser un indiscutible en cualquier selección. Y otro es el Paolo que desdobla cuando decide no ser futbolista”, sostiene el periodista deportivo del diario El Comercio Miguel Villegas.

Su madre jugó un papel importante en su proceso de
formación (Foto: elcomercio.pe)
Desde que estuvo en el vientre de ‘Doña Peta’, esta supo que iba a brillar en las canchas de fútbol, terreno donde nacen las leyendas."Ya desde que estaba en la panza sabíamos que iba a ser futbolista", cuenta la madre del goleador. Y es que sin debutar en primera división el ‘depredador’ decidió partir a Alemania a terminar su formación. Posteriormente tuvo un debut exitoso en la selección, haciéndose del puesto de delantero hasta el día de hoy.

Sin duda, su madre tuvo mucho que ver en su formación, estuvo siempre con él, apoyándolo y cuidándolo, lo cual no es poca cosa en un país donde la mayoría de futbolistas en proceso de formación vienen de hogares disfuncionales donde nadie ve por ellos. Otro personaje importante en la formación del 9 peruano fue el ya desaparecido ‘Cholo’ Castillo, hombre que formó las mejores generaciones del fútbol peruano y que estuvo al frente de las categorías juveniles de Alianza Lima por décadas. “De chico, el 'Cholo' Castillo le daba plata a Paolo por cada gol, hasta que un día, en un partido muy importante, le ofreció 20 soles por cada uno y Paolo hizo ocho. Desde ese día decidió que no era un buen negocio”, comenta su madre.

Desde sus inicios con la selección, el hijo de ‘Doña Peta’, demostró ser todo un guerrero. A diferencia de muchos otros, a Paolo no le pesó el hecho de debutar y vestir la ‘blanquirroja’ a los veinte años frente a Bolivia sin haber debutado en primera división, camiseta que hasta la actualidad viste y defiende. Su entrega, sacrificio y compromiso con el equipo peruano lo han convertido en un futbolista querido por la hinchada nacional, nadie pone en duda estas cualidades como futbolista de Guerrero cuando de la selección de habla. Este es el primer Paolo, el guerrero que todos quieren y admiran, el peruano luchador, al que no le pesa la camiseta, el indiscutible 9 nacional.

 Ha sido mucha la entrega por nuestros colores, demostrando el gran temperamento que posee, cualidad que muchas veces ha jugado en su contra. Desde arranques de ira en medio partido hasta enfrentamientos verbales y físicos con los hinchas de algunos de los equipos donde limitó. Estás acciones le han traído constantes problemas como suspensiones y multas millonarias. Este es el otro Paolo, difícil de controlar.

A lo largo de la historia el mundo del fútbol ha visto grandes jugadores, tipos valorizados en millones de dólares, pero que muchas veces fueron protagonistas de portada por algún hecho aislado de los valores que este deporte trata de transmitir. En la final del mundial Alemania 2006, Zinedine Zidane, en su último partido como profesional, le propinó un certero cabezazo en el pecho al jugador italiano Marco Materazzi después de que este, según el mismo Zinedine, insultara usando “palabras muy duras” a su madre y hermana. Otro ejemplo es el jugador italiano Mario Ballotelli, futbolista que constantemente es portada de diarios por los escándalos en los que se ve involucrado gracias a su peculiar temperamento, entre sus más sonadas ‘hazañas’ estuvo pelearse con su entrenador de turno, Roberto Mancini, en pleno partido al ser cambiado por otro jugador.

Uno de los primeros actos que demostraron el temperamento del ‘depredador’ tuvo lugar en el año 2008 en un partido válido por las eliminatorias frente a Uruguay, Paolo volvía a jugar tras una lesión. A los 35 minutos de aquel partido, el árbitro decidió expulsarlo ya que éste reclamaba y gritaba airadamente, nadie podía tranquilizarlo. El partido terminó 6 a 0 a favor de los ‘charrúas’ y el jugador nacional obtuvo seis fechas de suspensión. Desde ese oscuro episodio se llegó a creer que incluso podía ser un tipo violento o agresivo. “Es un futbolista bastante impulsivo, tiende a reaccionar en momentos en los que lo sacan de su zona de óptimo rendimiento y ahí tiende a reaccionar, pero agresivo no es”, sostiene Franco Ascenzo, psicólogo deportivo del club Sporting Cristal.

Parte del profesionalismo de un futbolista es tener que aguantar los insultos en coro que vienen desde la tribuna, dedicarse solo a jugar y no caer en provocaciones. El castigo para los jugadores que infringen esta norma es severo. Si hacerle un gesto obsceno o retar a un hincha ya es un acto grave, escupirle en la cara lo es aún más.

Las derrotas son dolorosas, lo son aún más si se pierde de local y estas agrandan la mala racha de tu equipo. La frustración se apodera de la mayoría de jugadores. El reto más grande para estos es no dejarse consumir por estos sentimientos negativos y no hacer algo que lamentarán luego. Perú fue derrotado por Ecuador en Lima. Como es lógico, la hinchada nacional se le fue encima a la mayoría de jugadores locales. Paolo Guerrero no estaba dispuesto a aguantar ningún insulto por parte de nadie. El 9 de la selección le escupió en la cara a un hincha y lo reto a pelear, esto fue visto en televisión nacional, dejando la imagen del jugador por el piso. Según el periodista deportivo Miguel Villegas “es muy difícil para un jugador que está acostumbrado a jugar por cosas grandes con su club tenga que venir a jugar por una selección que ya no pelea por algo”.

Tras haber jugado un partido frente al Hannover 96, el jugador peruano agredió con una botella a un hincha que le reclamó de manera muy acalorada el mal resultado obtenido el 4 de abril de 2010 cuando limitaba en el Hamburgo de Alemania. Esta acción, totalmente antideportiva, pudo haberle traído fatales consecuencias, Bild. El título de aquella nota fue El profesional del escándalo lamenta todo. Y es que por esa época se sabía más de nuestro guerrero por los lamentables incidentes de los que era protagonista en Alemania que de sus goles
incluso una demanda judicial por agresión física. "El 2010 no fue mi año. Llegué con el ligamento desgarrado y fue frustrante. Tuve que pedir disculpas por arrojar la botella varias veces. No era fácil estar constantemente bajo el fuego”, declaró el peruano al diario alemán

Este otro Paolo ha hecho que parte de la prensa cuestione su capitanía en la selección peruana. El historiador Jaime Pulgar Vidal dice que “no hay que juzgar al jugador, hay que comprenderlo. No le corresponde a la prensa la elección del capitán. Al parecer la palabra “comprensión” ha dejado de tener sentido en la sociedad peruana, los periodistas solo hablan de lo que pueden ver sus ojos durante los 90 minutos que dura el juego, pero para entender el comportamiento de Guerrero no solo hay que juzgar lo que vemos. Para el psicólogo deportivo Franco Acenzo “el cómo ha desarrollado las distintas etapas de su vida influyen en su actuar el día de hoy”. Y es que la periodo de crecimiento es el que define a la persona, es esta la etapa donde se forma no solo el jugador, sino lo más importante, la persona.

Estos son los dos Paolos, el entregado a muerte por sus colores y el guerrero rabioso. Por encima de todo está el ser humano, el imperfecto, el que se equivoca y aprende, el que crece, el que ama. Porque aunque al parecer ya muchos lo olvidaron, Paolo Guerrero es un ser humano.

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