Está comprobado que
para alcanzar el triunfo en la actualidad no solo se necesita contar con
grandes delanteros y mediocampistas. Muchos equipos, de gran nombre y
desconocidos, han encontrado que la fórmula para alcanzar el éxito parte muchas
veces desde la forma de defender. Una parte esencial para que un sistema ultra
defensivo funcione, es contar con un portero que transmita seguridad y
confianza al resto del equipo.
En la actualidad, las
selecciones más poderosas del mundo tienen arqueros de primer nivel. Tipos con carácter,
con la personalidad suficiente para ponerse la responsabilidad de ser el
encargado de ahogarle la fiesta a los delanteros del equipo contrario. Murallas
que no se intimidan a pesar del hecho de tener a todo el estadio en contra de
ellos, insultándolos, culpándolos por haber recibido un gol. Un portero, en el
partido más importante o el de menos trascendencia puede convertirse en el héroe que aparece
cuando menos los esperan para rescatar a los suyos o en un malvado villano sin corazón,
villano al que condenarán por el resto de su vida.
El 25 de junio de
2008, Pedro Gallese, con tan solo 18 años, debutaba en el equipo profesional de
la Universidad San Martín tras haber sido suplente en el recordado seleccionado
sub 17 que nos representó en el Mundial de Corea del Sur en el año 2007. Desde
aquel día mostró que tenía condiciones para convertirse en un guardameta de
categoría mundial. Sus grandes atajadas en el torneo local lo hicieron cada vez
más conocido por la afición, los medios ya hablaban de un joven valor.
El año 2014 fue quizás
el año de su consagración. Fue la figura del equipo ‘santo’ gracias a imponentes
actuaciones durante esa temporada. Fue elegido como el mejor arquero del año,
esto le valió para ser convocado a la selección peruana y también para ser contratado
por el Juan Aurich de Chiclayo, club donde milita en la actualidad y viene
demostrando su gran capacidad para defender su portería.
El reto más difícil
que tuvo fue sin duda defender el arco del Juan Aurich en el estadio Monumental
de Nuñez, nada más y nada menos que frente al siempre poderoso River Plate y
más de 60 mil hinchas apoyando a los argentinos en un partido válido por la
Copa Libertadores. Aquella noche, el peruano de 25 años, dejó boquiabierto a
propios y extraños. En más de una oportunidad evitó que la valla sea batida por
los argentinos, fue el responsable de que los más de 60 mil argentinos que
estaban en el estadio se jalen los pelos de desesperación, no entendían que en
el humilde equipo peruano había una muralla llamada Gallese.
La Copa América Chile2015 está cada vez más cerca. Este será el reto que definirá el futuro del
joven portero nacional. Estos grandes eventos pueden ser las puerta grande
hacia al éxito o el camino oscuro hacía el olvido. Solo depende de él, hasta
aquí ha demostrado ser un profesional perseverante, cualidad que lo ha llevado
hasta donde está hoy. En un país donde los futbolistas no conocen el verdadero
significado de la palabra sacrificio y todos quieren ser los goleadores de sus
equipos, Pedro Gallese escogió la tarea más difícil, ser arquero.
Por la selección nacional pasaron muchos guardametas, algunos buenos, pero ahí no más. Hombres que muchas veces dejaron atrás su gran capacidad bajo los palos y se dejaron amedrentar por algún insulto en coro por parte de alguna barra del equipo contrario o simplemente por la presión de la hinchada nacional. En los últimos 20 años sufrimos una carencia de porteros de primer nivel. Hoy podemos decir que la historia ha cambiado.
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