miércoles, 3 de junio de 2015

Una muralla llamada Gallese

Está comprobado que para alcanzar el triunfo en la actualidad no solo se necesita contar con grandes delanteros y mediocampistas. Muchos equipos, de gran nombre y desconocidos, han encontrado que la fórmula para alcanzar el éxito parte muchas veces desde la forma de defender. Una parte esencial para que un sistema ultra defensivo funcione, es contar con un portero que transmita seguridad y confianza al resto del equipo.

En la actualidad, las selecciones más poderosas del mundo tienen arqueros de primer nivel. Tipos con carácter, con la personalidad suficiente para ponerse la responsabilidad de ser el encargado de ahogarle la fiesta a los delanteros del equipo contrario. Murallas que no se intimidan a pesar del hecho de tener a todo el estadio en contra de ellos, insultándolos, culpándolos por haber recibido un gol. Un portero, en el partido más importante o el de menos trascendencia  puede convertirse en el héroe que aparece cuando menos los esperan para rescatar a los suyos o en un malvado villano sin corazón, villano al que condenarán por el resto de su vida.

El 25 de junio de 2008, Pedro Gallese, con tan solo 18 años, debutaba en el equipo profesional de la Universidad San Martín tras haber sido suplente en el recordado seleccionado sub 17 que nos representó en el Mundial de Corea del Sur en el año 2007. Desde aquel día mostró que tenía condiciones para convertirse en un guardameta de categoría mundial. Sus grandes atajadas en el torneo local lo hicieron cada vez más conocido por la afición, los medios ya hablaban de un joven valor.

El año 2014 fue quizás el año de su consagración. Fue la figura del equipo ‘santo’ gracias a imponentes actuaciones durante esa temporada. Fue elegido como el mejor arquero del año, esto le valió para ser convocado a la selección peruana y también para ser contratado por el Juan Aurich de Chiclayo, club donde milita en la actualidad y viene demostrando su gran capacidad para defender su portería.

El reto más difícil que tuvo fue sin duda defender el arco del Juan Aurich en el estadio Monumental de Nuñez, nada más y nada menos que frente al siempre poderoso River Plate y más de 60 mil hinchas apoyando a los argentinos en un partido válido por la Copa Libertadores. Aquella noche, el peruano de 25 años, dejó boquiabierto a propios y extraños. En más de una oportunidad evitó que la valla sea batida por los argentinos, fue el responsable de que los más de 60 mil argentinos que estaban en el estadio se jalen los pelos de desesperación, no entendían que en el humilde equipo peruano había una muralla llamada Gallese.


La Copa América Chile2015 está cada vez más cerca. Este será el reto que definirá el futuro del joven portero nacional. Estos grandes eventos pueden ser las puerta grande hacia al éxito o el camino oscuro hacía el olvido. Solo depende de él, hasta aquí ha demostrado ser un profesional perseverante, cualidad que lo ha llevado hasta donde está hoy. En un país donde los futbolistas no conocen el verdadero significado de la palabra sacrificio y todos quieren ser los goleadores de sus equipos, Pedro Gallese escogió la tarea más difícil, ser arquero. 

Por la selección nacional pasaron muchos guardametas, algunos buenos, pero ahí no más. Hombres que muchas veces dejaron atrás su gran capacidad bajo los palos y  se dejaron amedrentar por algún insulto en coro por parte de alguna barra del equipo contrario o simplemente por la presión de la hinchada nacional. En los últimos 20 años sufrimos una carencia de porteros de primer nivel. Hoy podemos decir que la historia ha cambiado.


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